Premio Único en la categoría Diseño Gráfico del 14° Salón Nacional de la Coexistencia 2023
Alrededor del 14% de los alimentos perfectamente comestibles producidos en el mundo son desechados por no cumplir con los estándares estéticos exigidos por los consumidores.
Al igual que los mangos, cada persona es única, y la belleza de nuestra naturaleza reside en la infinita diversidad que encontramos en ella.
…dejar de considerar nuestras diferencias como debilidades
…aprender a unirnos a través de aquello que nos hace únicos.
El SNC es es una iniciativa llevada a cabo por Espacio Anna Frank desde 2010, que convoca a creativos venezolanos a generar una propuesta gráfica que propicie la reflexión sobre el concepto de coexistencia y sus matices. La premisa de este año fue “Encuentros en un mundo diverso”.
Para mi, la idea era lo más importante antes de abordar el proyecto de un cartel y el reto estaba en la abstracción del concepto de diversidad, en no definirla por un rasgo específico de la naturaleza humana (religión, raza, género, etc), sino hacerlo lo más amplio posible para que cada quien tuviera su propia relación con la pieza cuando la viera.
Recordé un dato que había leído alguna vez sobre los desperdicios alimentarios y cómo el 14% de los alimentos producidos en el mundo se dañan porque los consumidores no los compran por ser «feos», es una idea que siempre me ha sorprendido ya que es de esperarse vegetales vengan en distintas formas y tamaños ¿qué determina que son feos? ¿Feos en base a qué?
Durante esos días estaba comenzando la temporada de mango y quienes estamos en Caracas sabemos que eso significa ver mangos por todos lados: de todos los colores, tamaños y hasta sabores. Me pareció apropiado usar esta fruta para ilustrar la idea ya que todos tenemos nuestra propia relación con ellos: hay quienes le gustan verdes, los de hilacha, las mangas, los rosaditos, los anaranjados, los amarillos, los de la mata de no-se-quién o no-se-dónde, …en fin, es algo nuestro.
Sin aún tener una imagen clara del afiche que crearía, me propuse a generar un banco de imágenes de mangos, por lo que estuve alrededor de un mes con una cámara y una tela negra en mi cartera para hacer registro de todos los ejemplares que consiguiera en la calle.